Cierras las cortinas, enciendes el estereo, pones un compacto y eliges la mejor rola. Te tiras en la cama, piensas en todo y en nada a la vez. Te acaricias la barba de tres días y dejas de parpadear, buscas símbolos en el techo y en las paredes, algo que distraiga tu mente de la rutina, pero solo encuentras viejas telarañas.
El sonido de las bocinas deja escapar “Lado oscuro” de Jarabe de palo, es casi media noche y no puedes dormir. Afuera todo es fiesta y adornos navideños, las casas llenas de luces de colores, que prenden y apagan sin cesar, muñecos de nieve que bailan y cantan, se asoman por las ventanas y hasta uno de mis vecinos tuvo los ánimos de colgar un muñeco de Santaclos simulando que entra por su balcón, todo en contraste con los grises edificios.
El frió aun no cala como en otros años pero ya estas enfermo, dejaste el trabajo por que ya no te gustaba, te deprimes con mucha facilidad y tienes el descaro de culpar a la gente. Te miras al espejo por horas y los silencios de han vueltos tus mejores amigos. Sales a la calle a visitar a las mismas amistades, y hasta tu madre se preocupa por ti…
Estas fechas son de fiesta te dices a ti mismo pero la chispa se fue hace años.
¿Por qué será que mientras más pasan los años los recuerdos se vuelven tus enemigos? Siempre en ese plan de superación personal, dejando todo en el camino, tratando de ser mejor persona aunque nunca estas conforme. Te has empeñado en llegar incompleto en un lugar incomodo, cada vez más solo por que así lo prefieres. Alguna vez tuviste una mujer que se sonreía mientras tu la mirabas y su cuerpo era un manual para las caricias, noches en el que el frió era lo que menos te importaba. Pero ya no había sentimientos y lo dejaste todo atrás. Ahora te conformas con tu recamara, el estereo, la música, unos tragos y algunos libros, los susurros de tu voz y el grito de tu alma, la revolución de tus pensamientos… Viene el año nuevo y antes de seguir maldiciendo centro mi atención en las luces de la calle…
El sonido de las bocinas deja escapar “Lado oscuro” de Jarabe de palo, es casi media noche y no puedes dormir. Afuera todo es fiesta y adornos navideños, las casas llenas de luces de colores, que prenden y apagan sin cesar, muñecos de nieve que bailan y cantan, se asoman por las ventanas y hasta uno de mis vecinos tuvo los ánimos de colgar un muñeco de Santaclos simulando que entra por su balcón, todo en contraste con los grises edificios.
El frió aun no cala como en otros años pero ya estas enfermo, dejaste el trabajo por que ya no te gustaba, te deprimes con mucha facilidad y tienes el descaro de culpar a la gente. Te miras al espejo por horas y los silencios de han vueltos tus mejores amigos. Sales a la calle a visitar a las mismas amistades, y hasta tu madre se preocupa por ti…
Estas fechas son de fiesta te dices a ti mismo pero la chispa se fue hace años.
¿Por qué será que mientras más pasan los años los recuerdos se vuelven tus enemigos? Siempre en ese plan de superación personal, dejando todo en el camino, tratando de ser mejor persona aunque nunca estas conforme. Te has empeñado en llegar incompleto en un lugar incomodo, cada vez más solo por que así lo prefieres. Alguna vez tuviste una mujer que se sonreía mientras tu la mirabas y su cuerpo era un manual para las caricias, noches en el que el frió era lo que menos te importaba. Pero ya no había sentimientos y lo dejaste todo atrás. Ahora te conformas con tu recamara, el estereo, la música, unos tragos y algunos libros, los susurros de tu voz y el grito de tu alma, la revolución de tus pensamientos… Viene el año nuevo y antes de seguir maldiciendo centro mi atención en las luces de la calle…